Seguramente usted ha escuchado de las impresoras “3D”…aquellas que ya permiten imprimir todo aquello que no nos imaginábamos: lentes, herramientas, estantes, muebles…hasta pistolas.
Hace unos días, se iba permitir legalmente que cualquier persona pudiera descargar los planos de pistolas y rifles para producirlos con una impresora 3D. Todo esto por un acuerdo del gobierno de EU con la organización Defense Distributed. Sin embargo varios fiscales lograron detener el acceso a los planos.
Usted podrá decir: “Muy bien, se paró, entonces ¿cuál es el problema?” El problema es que todavía no es un “no” rotundo a la prohibición de este tipo de armas. El riesgo: que cualquiera produzca armas sin permiso o autorización, sin ser registradas, ni mucho menos controladas. Si, sin poder ser rastreadas. El riesgo de que estas armas sean usadas para llevar a cabo cualquier delito…desde abusos domésticos, asaltos, secuestros, crímenes de odio…masacres, tiroteos.
Algunos expertos han indicado que no son un peligro, por ser de material parecido a los de los juguetes. Que en promedio podrían disparar hasta 9 balas y sólo una vez. Pero la idea final es que funcionan y son mortales. Imagine que un criminal compré no una, sino varias impresoras 3D…en cuánto tiempo y días, se pueden producir cuántas armas…
Tienen otra debilidad: su material no permite ser detectadas. El riesgo: pueden ser ingresadas a eventos masivos, aeropuertos, aviones, oficinas, escuelas…
¿Quién puede asegurar que un menor de edad no tendrá acceso a ellas? ¿Alguien con antecedentes penales? ¿Un pandillero?
Si bien la tecnología continuará…al igual que este tema, hay que considerar el impacto que puede tener. ¿La tecnología nos protegerá del crimen organizado, de los terroristas? O nos destruirá, ¿al facilitarles la vida?
Dato de referencia: la BBC afirma que días antes de la fecha prevista, se hicieron públicos los planos, generando miles de descargas. Tal vez el daño ya sea irreparable…
Hace unos días, se iba permitir legalmente que cualquier persona pudiera descargar los planos de pistolas y rifles para producirlos con una impresora 3D. Todo esto por un acuerdo del gobierno de EU con la organización Defense Distributed. Sin embargo varios fiscales lograron detener el acceso a los planos.
Usted podrá decir: “Muy bien, se paró, entonces ¿cuál es el problema?” El problema es que todavía no es un “no” rotundo a la prohibición de este tipo de armas. El riesgo: que cualquiera produzca armas sin permiso o autorización, sin ser registradas, ni mucho menos controladas. Si, sin poder ser rastreadas. El riesgo de que estas armas sean usadas para llevar a cabo cualquier delito…desde abusos domésticos, asaltos, secuestros, crímenes de odio…masacres, tiroteos.
Algunos expertos han indicado que no son un peligro, por ser de material parecido a los de los juguetes. Que en promedio podrían disparar hasta 9 balas y sólo una vez. Pero la idea final es que funcionan y son mortales. Imagine que un criminal compré no una, sino varias impresoras 3D…en cuánto tiempo y días, se pueden producir cuántas armas…
Tienen otra debilidad: su material no permite ser detectadas. El riesgo: pueden ser ingresadas a eventos masivos, aeropuertos, aviones, oficinas, escuelas…
¿Quién puede asegurar que un menor de edad no tendrá acceso a ellas? ¿Alguien con antecedentes penales? ¿Un pandillero?
Si bien la tecnología continuará…al igual que este tema, hay que considerar el impacto que puede tener. ¿La tecnología nos protegerá del crimen organizado, de los terroristas? O nos destruirá, ¿al facilitarles la vida?
Dato de referencia: la BBC afirma que días antes de la fecha prevista, se hicieron públicos los planos, generando miles de descargas. Tal vez el daño ya sea irreparable…